Cuando improvisamos un aspecto muy importante es, ser capaces de mantener la línea melódica que estamos tocando, aunque la Armonía vaya cambiando.
Mucha gente al cambiar de acorde pasa de hacer la melodía ascendente a descendente; esto, en general no ayuda a la sensación de continuidad melódica.
Planteo un ejercicio que podemos usar exactamente igual en un tema muy sencillo que tocando los temas más difíciles. El ejercicio consiste en tocar negras en la escala en la que estemos, hasta llegar al compás del cambio, en el tiempo primero de ese compás cambiaremos de escala, pero sin cambiar el sentido melódico, seguiremos ascendente y con la nota inmediatamente posterior.
Este ejercicio lo haremos en el ares del mástil que hayamos delimitado. Y al llegar al limite haremos exactamente lo mismo pero manteniendo la dirección descendente.
Es bueno que empecemos desde diferentes notas para no memorizar una manera concreta y ser capaces de adaptarnos en cualquier posición. Es muy importante que analicemos bien las escalas que vamos a utilizar y las estudiemos en las posiciones que vamos a utilizar. Este es un ejercicio que considero vital si alguien quiere llegar a ser un buen improvisador. Independientemente del estilo.
Este ejercicio lo podemos aplicar exactamente igual a los arpeggios.
Una vez controlado el ejercicio tocando negras podemos tocar corcheas, tresillos, semicorcheas etc.
También podemos hacer blancas si nos resulta difícil tocar negras.